"Alimento para el espíritu"
La Biblioteca Real o Antigua Biblioteca de Alejandría fue en su época la más grande del mundo. Creada en Egipto a comienzos del siglo III a.C. por los primeros Ptolomeos, llegó a albergar 700.000 volúmenes.
El edificio del Museo era considerado un verdadero templo dedicado al saber, rodeado de fuentes y columnas, jardín botánico, un zoo, salas de disección, un observatorio, y una gran sala comedor donde se llevaban a cabo discusiones críticas con toda libertad.
Desde el principio, la biblioteca fue un apartado al servicio del Museo. Constaba de diez grandes salas de investigación, cada una dedicada a un tema distinto, pero más tarde, cuando adquirió más importancia y volumen, se necesitó crear un anexo cercano, formando la biblioteca-hija, el Serapeo, protegida por los emperadores romanos que la modernizaron, incorporando calefacción central mediante tuberías con el fin de mantener los libros bien secos en los depósitos subterráneos.
Reconstrucción de la Gran Sala basada en datos documentalesHabía en la biblioteca una comunidad de eruditos de diversa procedencia geográfica, que exploraban la física, la literatura, la medicina, la astronomía, la geografía, la filosofía, las matemáticas, la biología y la ingeniería. Pero fundamentalmente se dividían en filólogos y filósofos. Entre los más conocidos podemos encontrar al médico Galeno, al matemático Arquímedes, el astrónomo Ptolomeo, la filósofa Hipatia,...
Los redactores eran conocidos por su trabajo sobre los textos homéricos y los más famosos llevaron el título de Bibliotecario Principal.
Zenódoto fue el primer bibliotecario de Alejandría, y en estos años las obras llegaron al medio millón, constituyendo el Pinakes, primer catálogo temático de la historia.
Unas obras se presentaban en rollos de papiro o pergamino, (volúmenes) y otras en hojas cortadas (tomos). Cada una de estas obras podía dividirse en "partes" o "libros". Se hacían copias a mano de las obras originales (ediciones) que eran muy estimadas (incluso más que las originales) por las correcciones llevadas a cabo. Las personas encargadas de la organización de la biblioteca rebuscaban por todas las culturas y en todas las lenguas conocidas del mundo antiguo, enviando negociadores que pudieran hacerse con bibliotecas enteras, unas veces para comprarlas tal cual, otras como préstamo para hacer copias.
Los grandes buques que llegaban al famoso puerto de Alejandría eran inspeccionados en busca de textos. Cuando encontraban algún rollo, lo confiscaban y lo llevaban en depósito a la biblioteca, donde los amanuenses se encargaban de copiarlo. Una vez hecha esa labor, el rollo era generalmente devuelto a sus dueños. El valor de estas copias era altísimo y muy estimado. La biblioteca de Alejandría llegó a ser la depositaria de las copias de todos los libros del mundo antiguo. Allí fue donde realmente se llevó a cabo por primera vez el arte de la edición crítica.
Desgraciadamente, tras varios saqueos e incendios, el Museo y su Biblioteca fueron destruídos por el fuego en el tercer siglo de nuestra era, durante las disputas por el poder que agitaron al Imperio Romano, perdiéndose el gran legado escrito de la antigüedad.
Biblioteca Alejandrina
En el año 2002 se inauguró la nueva Bibliotheca Alexandrina para recuperar así un enclave mítico de la Antigüedad y patrimonio de la Humanidad, en la ciudad de Alejandría.
Para llevar a cabo semejante proyecto se unieron los esfuerzos económicos de diversos países europeos, americanos y árabes, más el gobierno de Egipto y la UNESCO.
El proyecto diseñado por el estudio de arquitectura noruego Snohetta, simboliza el sol egipcio iluminando al mundo y la civilización.
Los equipos audiovisuales han sido donados por Japón, el laboratorio para la restauración de manuscritos por Italia y los equipos para el transporte de documentos por Alemania. La colección se enriquecerá con regalos de todas partes del mundo transformando la escena cultural del Medio Oriente y los países del Magreb.
Interior de la Biblioteca
La nueva institución, de 36.700 metros cuadrados de superficie, reúne ocho millones de volúmenes, 50.000 mapas, 100.000 manuscritos, 200.000 discos o cintas de música y unos 50.000 materiales audiovisuales, la mayoría de ellos adquiridos a través de donaciones.
La biblioteca, abierta a cualquiera que necesite sus recursos, puede ser utilizada por 3.500 investigadores y cuenta con un centro de conferencias de 3.200 asientos, dos museos, un planetario, un instituto de estudios de información y otro de caligrafía.
Su catálogo informatizado, desarrollado en colaboración con Francia, es un testimonio más de la sofisticación de la antigua biblioteca, la primera en clasificar su colección.
Web oficial de la Biblioteca de Alejandría:
http://www.bibalex.gov.eg/English/index.aspx
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